Yoga Oncológico en Bizkaia
Una práctica “entre algodones” para personas que están atravesando un proceso cancerígeno
En tu cuerpo hay células cancerígenas. Pero aún hay más células sanas y fuertes dispuestas a ayudarte a vivir
Por supuesto que el yoga no consigue que las células cancerígenas de tu cuerpo desaparezcan.
Sin embargo cada día más oncólogos y oncólogas recetan “hacer yoga” como tratamiento complementario. Los especialistas observan que aporta a sus pacientes beneficios físicos, mentales y emocionales, y ayuda a minimizar los efectos secundarios de las terapias invasivas.
El personal sanitario dice que el yoga oncológico:
- Mejora el estado psico-emocional
- Fortalece el sistema inmune
- Favorece la adherencia a tratamientos
- Disminuye el cortisol y las citoquinas inflamatorias
los beneficios que tú también puedes experimentar
- Solo necesitas una clase para experimentar que tus músculos y tejidos afectados pueden relajarse.
- Durante las 4 primeras semanas te familiarizas con técnicas de respiración y relajación que te ayudan a combatir las noches de insomnio.
- A los 2 meses has recuperado tono y control muscular y si sentías dolor tras la cirugía, el movimiento amable habrá contribuido a calmarlo.
- Al cabo de 3 meses dispones de una batería de “recursos propios” que te permiten combatir el miedo, la incertidumbre y la ansiedad en tus visitas al centro hospitalario. La fatiga y los sofocos provocados por el tratamiento empiezan a reducirse.
- A los 6 meses los beneficios del yoga como terapia complementaria están completamente integrados: tu calidad de sueño mejora, tu apetito se regula y eres capaz de manejar tus episodios de estrés y depresión.
CARACTERÍSTICAS
¿Por qué yoga oncológico y no simplemente “yoga”?
La experiencia me ha demostrado que los beneficios de esta disciplina en las personas que transitan por un proceso cancerígeno se multiplican con unas clases totalmente adaptadas.
Un trato personalizado y adaptado a cómo te sientes
En estas clases practicamos posturas parecidas a las que realizan otras prácticas yóguicas contando con elementos de apoyo: sillas, mantas, bloques, cojines, cintas, bolster…).
Cada persona es única y el cáncer nos afecta de muy diferentes maneras, no solo según la persona sino también en cada una de sus fases.
Estos elementos nos permiten adaptar la postura a las condiciones en las que te encuentras en este momento y recuperar el control sobre tu musculatura para poder “soltar y relajarte” de una manera muy profunda.
Como dice mi formadora Adriana Jarrín: “Esto es un Yoga entre algodones” http://yogaoncologico.org
Grupo muy reducido formado por personas que están viviendo experiencias similares
En mis clases de Yoga Oncológico soy estricta con el número de personas que participan: máximo 10 personas.
Eso me permite acompañar a cada persona de manera diferente sin romper la dinámica de la clase.
Así me aseguro que para ti el espacio sea enriquecedor y te ayude a recuperar la confianza en tu cuerpo
Una red de acompañamiento para expresarte con libertad
Al compartir un espacio de autocuidado con otras personas que están atravesando un proceso cancerígeno se teje de forma natural una red de acompañamiento dónde expresarte con libertad y sentir el sostén de la energía del grupo.
Hola, me llamo Ana
Aunque quizá me conoces como la presentadora del tiempo, llevo años practicando e impartiendo clases de yoga cuando se apagan las cámaras.
También de Yoga Oncológico.
Decidí especializarme en esta disciplina tras acompañar a mi padre en su enfermedad y ser testigo del bloqueo emocional y físico que surge en la zona afectada por las células cancerígenas.
Por eso en mis clases te ofrezco un «espacio de salud no medicalizado» en el que te invito a liberar presiones, apaciguar bloqueos y dolores, y rehabilitar tu cuerpo tanto físicamente como mentalmente.
Mi última formación y especialidad ha sido el Yoga Oncológico en la Infancia y Adolescencia. De la mano de Aspanovas y la Red Internacional de Yoga Oncológico, de la que soy miembro y mentora, hemos iniciado sesiones en la Unidad de Oncología pediátrica en el Hospital de Cruces en Barakaldo, Bizkaia.
EL PROCESO
UN TRABAJO PROFESIONALIZADO A TRAVÉS DE LA RED INTERNACIONAL DE YOGA ONCOLÓGICO
CUERPO CONSCIENTE
Una dinámica habitual en mis clases es comenzar con una toma de conciencia de nuestro momento presente, de cómo nos encontramos ese día, para partir del autocuidado y respeto a las circunstancias concretas de ese instante.
Ponemos atención en la respiración practicando diferentes respiraciones equilibrantes que nos van liberando de estados de ansiedad y presión.
TRABAJO MUSCULAR Y ARTICULAR
Trabajamos después nuestro cuerpo físico poniendo atención a las zonas afectadas por la cirugía, con propuestas de trabajo muscular y articular que están enfocadas en la recuperación del tono de la fascia, y en la descompresión de articulaciones y ligamentos de una manera progresiva.
Cada caso personal nos marcará en qué planos podemos trabajar el cuerpo para que podamos proteger las zonas afectadas o quirúrgicamente intervenidas.
RELAJACIÓN Y MEDITACIÓN
Generamos siempre espacio para la relajación y la meditación como herramientas fundamentales para transitar de otra manera por las sesiones de terapias invasivas, para minimizar los efectos secundarios de dichos ciclos, y combatir estados de estrés e insomnio
¿TIENES DUDAS?
¿Como sé que esta práctica no está contraindicada en mi caso?
Antes de acudir a mis clases, siempre te pediré que lo consultes con tu especialista.
La persona que lleva tu proceso tiene que recetarte «Yoga».
También te pediré que rellenes una ficha donde tienes la oportunidad de darme información específica sobre tu situación actual. Es una buena manera de conocernos mejor y poder preparar la práctica idónea para ti.
Mi oncólogo me ha animado a practicar ejercicio, pero ahora mismo no me siento con fuerzas, tengo dolor y no deseo moverme.
¿Y si te das la oportunidad de conocer sensaciones nuevas? Ya sabes que la primera clase es gratis y sin compromiso.
Te aseguro que lo que vas a experimentar en esa primera práctica de dos horas va a hacer que nazca una voluntad mágica en ti de querer darte semanalmente tu espacio de autocuidado y regresar.
No pego ojo, así que creo que lo mejor es que dedique mi tiempo a tratar de descansar, no a cansarme.
El Yoga combate el insomnio.
Cuando aprendemos a relajarnos, a entregar nuestro cuerpo y reposar nuestra musculatura, comenzamos a liberar presiones físicas y mentales y podemos conectar de una manera más fluida con el sueño.
Existen mudras, como el mudra del plexo solar (une las puntas de tu dedo pulgar, tu índice y tu dedo corazón, y deja el anular y el meñique estirados) que facilitan reconciliarte con el sueño, ¡pruébalo!
¿Cómo contrarresta el yoga las terapias invasivas?
Personas que son diagnosticadas con cáncer y que inician un proceso de quimioterapia, de cirugía, de radioterapia, de terapia hormonal,… encuentran en mis clases un espacio seguro donde se sienten acompañadas en cada fase de la enfermedad.
A través de la práctica del Yoga de forma regular, donde ejercitan su cuerpo físico, utilizando respiraciones equilibrantes y entrando en estados meditativos, reconectan con la parte sana de su cuerpo y sienten que mejora su bienestar reduciendo en muchas ocasiones los efectos secundarios.
EXPERIMENTA UNA CLASE DE YOGA ONCOLÓGICO
La primera clase es un regalo, para que puedas probar sin compromiso. Eso sí, antes necesito pedirte dos cosas:
- Que hables con tu especialista sobre tu intención de practicar yoga para que cuentes con su prescripción.
- Conocer a fondo cómo está siendo tu proceso para diseñar un plan de trabajo para tu caso concreto con ejercicios específicos que pueden ayudarte. Te pediré que rellenes una ficha con información detallada sobre tu cáncer
PARA MÁS INFORMACIÓN
Si te interesa conocer dónde imparto estas clases y experimentar esa primera clase de regalo, ponte en contacto conmigo rellenando este formulario o enviando un mail a kaixo@mandalamorea.com.
Yoga oncológico
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